Ángela Pardal acaba de publicar su minielepé de debut Alas.
8 canciones sin prejuicios, ni musicales ni de ningún tipo, donde se desnuda y nos habla sobre identidad, aceptación y autodescubrimiento.
Una fantasía electropop cargada de frescura que mezcla estilos con una sinceridad pasmosa.
Mientras prepara su presentación en directo, charlamos con ella sobre su pasado, presente y futuro.
Empezaste en el mundo de la música más en la faceta de música de respaldo con Músculo y con Alex Casanova, en qué momento decides dar el paso a contar tus propias historias?
Pasé mi primera etapa como música tocando en grupos y eso me aportó muchas cosas buenas como intérprete, pero no tantas como artista. Si quería un producto que me representase al 100%, no había otra forma de hacerlo que en solitario. Estoy en un momento en el que no quiero que nadie dé pinceladas en mi cuadro. Es mi historia, mis aciertos y mis errores. Es un retrato fiel de quién soy.
El disco se plantea casi como un manifiesto de expresión sin prejuicios.
Cuando una dice las cosas con cierta seguridad y confianza puede parecer que intenta adoctrinar o convencer, pero no es mi intención y no me siento cómoda con la idea de manifiesto. Esto no es política ni activismo, es arte. Viví la creación del disco como una conversación conmigo misma en la que necesitaba liberarme de prejuicios y hablarme de la forma más clara y honesta posible.
El disco narra parte de una transición y del camino y lo entendemos como un disco reflexivo y por momentos de empoderamiento… lo has concebido como un ejercicio de reafirmación o incluso, de algún modo, como de desahogo?
Empecé a componer en un momento increíble y las canciones salieron solas. Decidí poner magia en mi vida y sucedió un disco mágico, lleno de fantasía, verdad y optimismo, porque así soy yo. Aún me cuesta creer que haya escrito algo tan grande. Escuchar las canciones me ayuda a valorarme de forma justa, y ese es un ejercicio que me está cambiando la vida. Pero no sentí desahogo, ya que no sentía que me estuviese ahogando. Aunque mucha gente piensa o supone lo contrario yo siempre fui feliz. No tuve una vida fácil pero nunca me costó sonreír.
Crees incluso que «Alas» puede ser un disco que ayude a otras personas en situaciones similares?
La visibilización es muy importante para entender que es posible otra vida, pero es peligroso que siempre se visibilicen los mismos estereotipos. Cuando navegaba en mi mar de dudas no encontraba referentes con los que identificarme, y eso puede confundirte y frenarte. A día de hoy sigo sin encontrarlos, pero he conseguido ser mi propio referente. Quizás no sea el prototipo de mujer transexual que estamos acostumbradas a ver, y quizás, ojalá, eso puedo servir de acelerador para otrxs.
No tuve una vida fácil, pero nunca me costó sonreír.
En las letras, entre otras cosas, hablas de no tener prejuicios incluso al margen de la sexualidad, pero además de en los textos se ve ese planteamiento en las bases musicales: rap, electropop, regguetón…
No fue algo intencionado, pero cada canción fluyó hacia el sonido que mejor le convenía a cada mensaje. Mis inicios en la música fueron con el rap, en la adolescencia. Después abrieron cerca de mi casa una importante sala de techno y aquello me cautivó. Si a eso le sumas mi etapa como batería consigues el extraño cóctel musical que es hoy Ángela Pardal.
Qué opinas de la fama de machista que tiene muchas veces este tipo de música?
Hay machismo en todas partes. En el reguetón, en el pop, en el rap, en el rock, en el cine, en la arquitectura, en la literatura… El reguetón es solo un estilo musical, el problema somos los humanos. Estamos rodeadxs de capullos, pero también hay gente buena. Y en el reguetón, al igual que en todo lo demás, hay gente fantástica que está cambiando las cosas.
Crees que se va perdiendo los prejuicios en cuanto a mezclar ciertos géneros?
Yo creo que hay toda una nueva ola de creadores que más que mezclar géneros, directamente han dejado de pensar en ellos. Se expresan de la forma que mejor les convenga para cada canción sin pensar demasiado dónde encajan. Es súper enriquecedor tanto para artistas como para público. Ahora solo falta que los medios olviden también esas viejas etiquetas.
Cómo planteas llevar el disco al directo?
En noviembre presenté el disco en el Festival Máquina, en Alicante, y fue una experiencia muy bonita. Me subí sola al escenario, lancé las instrumentales desde un sampler y conecté con el público. Bailamos, sudamos y nos divertimos mucho. El directo tiene momentos de mucha emoción, y también episodios de baile y zapatilla.
Próximos planes y fechas?
Ahora estoy trabajando en nuevos singles que irán viendo la luz en os próximos meses, y pensando en hacia dónde quiero que vaya mi próximo disco. Jugando y experimentando. También estoy trabajando en los próximos directos que llegarán de cara al verano, pero creo que no puedo contar nada sobre ellos.