Análisis de la escena musical en una ciudad mediana como Vigo

Vigo siempre ha sido un referente en el circuito musical del norte de España, bien sea por la Iguana Club, Siniestro Total, la playa de Samil o por haber sido el lugar de nacimiento y encuentro de varios de los nombres más importantes de la denominada movida viguesa. Todos aquellos que escuchen música y les guste estar al tanto de las novedades musicales habrán oído o leído alguna vez sobre ese concepto tan preciso como resbaladizo de escena musical, que es básicamente la forma artística de representar la identidad propia de un lugar o ciudad a través de una música arropada por una construcción romántica de una pequeña comunidad de músicos e intérpretes.

No es casualidad que la sombra de los primeros tiempos de la movida sean un recurso periodístico al que con frecuencia se acogen quienes describen el poder evocador de todo este argumentario, pero es que al final toda ciudad que se preste a ello acaba generando una escena musical propia ya sea en mayor o en menor medida como pasó en los años setenta cuando el punk eclosionó en ciudades como Londres o New York. El punk acabo menguando a subgéneros como el post punk y todo lo que englobaba a la generalizada new wave, una nueva ola que en Vigo también tuvo su gran impacto en sus escenas locales de los años ochenta dejando consigo a clásicos atemporales de la ciudad como Siniestro Total, Aerolíneas Federales, La Marabunta, Os Resentidos o Golpes Bajos para más adelante recalar en bandas de los 90s y los 00s como Killer Barbies, Los Piratas, Los Feliz, Catpeople o The Blows. Pero a día de hoy la ciudad sigue a albergando talento y artistas de repercusión como Sen Senra, Wöyza, Pablo Lesuit, Fillas de Cassandra, dani o Mundo Prestigio además de contar con un circuito underground de lo más activo que engloba a bandas como Kings Of The Beach, Zålomon Grass, YOUCANTHIDE, Bifannah, High Paw, Rebeliom do Inframundo, Yugen Kala y un buen puñado de pequeños grupos adscritos a un concepto de música libre y hedonista que emergen en las múltiples salas del barrio de Churruca.

No es para nadie un secreto que el eslabón más visible desde hace meses es Fillas de Cassandra, joven agrupación que recoge el legado de las cantareiras y pandereteiras autóctonas en su primer largo ACRÓPOLE. Muy cerca de ellas se sitúan otras artistas como dani, con su reciente segundo álbum Postdata u otras bandas como la venerada agrupación de rap Rebelióm do Inframundo con su nuevo LP Amor ou Barbárie o los clásicos punkys surferos de Kings of the Beach con su también reciente segundo disco titulado WOAH! La escena también alberga sus pequeños nichos para estilos como el reggae con High Paw, Elephant Yards o Ganjahr Family o para unas variantes del rock que engloban medios tiempos de blues, folk y psicodelia con bandas como The Soul Jacket, Zålomon Grass, Family Folks, Moon Cresta o Bifannah. Y tendencias más contemporáneas como el loco mundo de samples y jazz hop en el que vive Mundo Prestigio, la electrónica de Yugen Kala o el post punk más incisivo de bandas como YOUCANTHIDE (Kings of the Beach+Kaixo).

Hoy en día vivimos en un mundo donde la música es algo que está demasiado generalizado para atreverse a denominar a esto como una escena como tal y es difícil dictaminar si alguna de estas bandas dejará algún tipo de legado que perdure en las siguientes generaciones y la falta de locales de ensayo y la falta inversión en este ámbito por parte de los de más arriba siempre será un tropo importante. Pero claro está que de momento el popurrí musical que nos ofrece la ciudad es extenso y desprende un bonito y agradable aroma.