Dice la RAE que un parásito es aquel que vive a costa de otro de distinta especie, alimentándose de él y depauperándolo sin llegar a matarlo. El límite justo para seguir viviendo a costa del otro pero sin ser capaz de aportar nada a cambio.

Así es como ve Bong Joon-ho a las clases más bajas de la sociedad.

Así es como Bong Joon-ho parasita a la desigualdad social para sacar beneficio a costa de otra especie sin aportar nada a cambio.

Igual se ha colado algún spoilers, a pesar de tratar de evitarlo. Avisadxs quedáis

Bong Joon-ho se beneficia de la existencia de clase trabajadora para crear una cinta que la describe como oportunistas desidiosos que, envidiosos, tratarán de fagocitar los merecidos beneficios de la clase empresarial, por medio de engaños, estafas y delitos.

Donde en realidad se representa a las clases más necesitadas como merecedores de su situación, muchos han visto crítica social.

Y las academias de cine han premiado la cinta como mejor película del año. Premios que sin lugar a dudas harán que Bong Joon-ho y la industria del cine ingresen grandes beneficios.

Beneficios que no mejorarán la vida de las clases trabajadoras más bajas representadas en la cinta premiada, quienes dudo incluso que lleguen a verla. Como una especie de parásitos del status quo, guionistas y directores narran historias de las clases más bajas contadas desde su  castillo de cristal, alimentándose de ellas, extenuándolas pero sin llegar a corregir esa desigualdad que nutre sus historias.

132 minutos de buen metraje, eso sí lo tiene, que narran los dos lados del espejo de una misma situación por medio de dos familias situadas en las antípodas de la clase social.

Familia rica cargada de tópicos propios de la tradicional familia del patriarcado. Empresario varón exitoso que no tiene tiempo para su familia. Esposa ociosa que se dedica a la crianza de los hijos con la ayuda de empleada del hogar. El patriarcado convierte a la esposa, cuya única preocupación es parecerse a las familias yankies, en ingenua (el tratamiento de la mujer daría para otra crítica).

Ahí es donde entra en juego la familia pobre. Aprovechándose de la ingenuidad de la mujer, poco a poco, por medio de falsificación, engaños y demás actos delictivos consiguen entrar a trabajar todos para la familia rica. El plan, expulsar a los antiguos empleados domésticos, quienes se descubrirá que ya se aprovechaban de los ricos.

Si hemos de aceptar, para que la historia funcione,  como ciertos los clichés y tópicos referidos a la clase rica, empresarios de éxito, merecedores de su riqueza debido a su sacrificio, esfuerzo y aportes a la sociedad, necesariamente habremos de aceptar los de la clase trabajadora.

No se puede negar que Bong Joon-ho ve a los ricos como unos exitosos y sacrificaos ciudadanos, snobs preocupados solo por los olores que desprenden los proletarios que viajan en metro.

Ergo, no se puede negar que Bong Joon-ho ve a los trabajadores como vagos, torpes, sin formación que envidiosos de lo que no tienen, emplearan el engaño, las estafas, llegando a convertirse en criminales si es necesario, para mantener unos puestos de trabajo a los que no tienen derecho.

Bong Joon-ho ve a la clase trabajadora como responsables de su falta de formación, de oportunidades, sin ganas de prosperar por su propio esfuerzo, convirtiéndolos en parásitos del éxito de los demás.

Sospecho que Bong Joon-ho ha descrito a la clase trabajadora como en realidad la ven los cultos, esforzados y exitosos miembros de la academia, convenciéndolos para premiar su cinta.

Creo que Bong Joon-ho no ha acabado de entender bien las estructuras de las que deriva la desigualdad social.

Óscar Gutiérrez Costas

Óscar Gutiérrez Costas

Nacido en la costa y atrapado por el mar. El salitre de Vigo ha marcado su visión del mundo. Solo lee entre líneas y piensa y repiensa los asuntos en sus visitas al Pizza Club. Nunca rechaza un duelo dialéctico, siempre que sea en buena compañía

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