A meses privados de nuestra libertad se suma un verano sin festivales. Aforos de terrazas y locales limitados, salas musicales sin pista de baile y playas acotadas en parcelas, invitan a refugiarnos en nuestros auriculares en busca de alternativas de ocio.
Galicia, país de contrastes, donde puedes saltar en pocos kilómetros de las playas caribeñas a las montañas boscosas, pasando por ciudades y pueblos con idiosincrasia propia, donde conviven jóvenes vitales al cuidado de sus mayores, es el destino ideal para convertirnos en nómadas por un verano.
Huérfanos de festivales, animó a continuar desplazándonos por nuestra Galicia en un viaje sin destino para encontrarse a uno mismo. La romántica libertad del nómada que recorre el mundo sin ataduras, libre para observar, deteniéndose donde, cuanto y con quien se quiera.
Como nuestro querido Iggy recorrió Berlin en el año 97 subido a los vagones del S- Bahn, cabalgando los suburbios de la ciudad, sintiéndose dueño la ciudad que parecía hecha a su propia medida.
Este verano deberíamos perseguir esa sensación recorriendo Galicia de ciudad en ciudad, cabalgando por sus suburbios, capitanes de nuestro destino.
Pero para ser fieles a la romántica idea del nómada, la única forma es hacerlo por medio de autobuses públicos, viendo a través de la ventanilla los carteles y el cielo vacío, viendo las estrellas salir por la noche.
Y que mejor forma que hacerlo aprovechando las ventajas del Plan de Transporte Metropolitano de Galicia (TMG) que nos permite el pago de los viajes en autobús por medio de tarjetas, evitando así el intercambio de dinero en efectivo, protegiéndonos de posibles contagios de la maldita Covid-19 (que ya podía ser el nombre de una banda nueva, pero no).
Cuanto más nómada seas, más ventajas te ofrecen las tarjetas TMG. Si haces más de cuarenta viajes al mes el precio esta bonificado. La tarjeta no tiene carácter personal, por lo que puedes compartirla con otros nómadas para sumar viajes y bonificaciones sin problema.
Para quienes sientan la llamada de lo salvaje desde jóvenes, la Xunta de Galicia nos ofrece la Tarxeta Xente Nova, que permite a los menores de 21 años viajar gratis en los autobuses interurbanos, recostados contra la ventanilla mientras en sus auriculares suena The Passenger.
Romanticismos aparte, en una comunidad como Galicia con la dispersión social que la caracteriza, donde es frecuente tener que desplazarse a las ciudades principales o sus entornos para no pocas gestiones administrativas, la tarjeta TMG viene a corregir las desigualdades en el uso de los servicios públicos por no vivir en una de ellas, facilitando además la cohesión social y la visita a nuestros familiares.
Pero además se erige como una alternativa ecológica al evitar los desplazamientos en vehículos particulares, rompiendo por fin con el binomio un coche un passenger.
Por si durante la cabalgada por los suburbios de la ciudad nos sorprende el alba, nos descubriremos volviendo a casa a bordo de uno de los taxis equipados con mamparas protectoras entre conductor y pasajero, subvencionadas por la Xunta de Galicia para garantizar un uso seguro del transporte público en esta “nueva normalidad”.
Disfruta del viaje sin destino, pero recuerda hacerlo usando la mascarilla en el transporte público.