Y fue entonces, un día de verano, entré en la página web de la Xunta de Galicia para hacer alguna burocracia habitual,  y me di cuenta de que absolutamente toda la imagen de la institución había cambiado. Tras una breve investigación di con los responsables de aquel rediseño. Estudio de comunicación visual y construcción de marcas residente en la ciudad de A Coruña, dirigido por Dani Bembibre y David Silvosa; nominado a los Premios Galicia de Innovación e Deseño 2020; antes conocidos como Belda Studio, abandonaron este nombre en el año 2014 para convertirse en Costa. 

La lavada de cara venía siendo necesaria desde hacía tiempo, sobretodo teniendo en cuenta que la Xunta de Galicia es un paraguas que alberga decenas de servicios. Lo cierto es que dada a la variedad de estos servicios en muchas ocasiones podíamos ver cierta incoherencia y falta de vinculación. 

Pero el gigantesco trabajo para la Xunta no podría haber caído en mejores manos, porque el resultado fue mucho más allá que un rediseño como tal. Desde la tipografía personalizada (realizada por el NM Type) hasta la creación de un sistema de diseño vivo para ayudar a la adaptación de la marca a diferentes aplicaciones. Gracias a todas sus decisiones creativas ahora la imagen de la institución es mucho más coherente, y sin duda inquebrantable. 

Nadie mejor que ellos mismos para contarnos un poco más sobre el proyecto.

¿Cuál fue vuestro principal objetivo con toda la renovación de imagen? 

Nuestro objetivo principal fue garantizar la visibilidad de la Xunta de Galicia, ya que muchas marcas dependientes de ella habían ganado, incluso, una posición dominante sobre ella. 

 

¿Tuvisteis libertad creativa o la Xunta tenía pautas muy marcadas que seguir? 

Realmente el diagnóstico de que era necesaria realizar una revisión de la identidad, y sobre todo de la arquitectura de marcas, fue el resultado de una consultoría previa que realizamos con diferentes estamentos y agentes de la Xunta de Galicia. A raíz de esa auditoría preliminar determinamos que era necesario diseñar un sistema vivo y flexible asumiendo las necesidades actuales pero también pensando en las futuras y eso partía de trabajar con un identificador mínimo, una tipografía propia, un color accesible, una nomenclatura consistente y una arquitectura basada en el reconocimiento y no en el orden jerárquico. 

La Secretaría Xeral de Medios consideró adecuada esta estrategia, con todos los riesgos y cambios que eso suponía, y sobre ella se trabajó con la misma independencia a la hora de resolver los componentes de la identidad. 

 

¿Cuál fue el motivo a la hora de elegir una tipografía personalizada? 

La tipografía es la herramienta principal a la hora de transmitir cualquier mensaje, por eso siempre entendemos que debe funcionar como un elemento más de la identidad al mismo nivel que un logotipo, un color o un símbolo. En este caso, si queríamos resolver cualquier elemento de comunicación, y eso incluye la redacción de un documento técnico como es el DOGA, los medios digitales y físicos, elementos de rotulación,… necesitábamos algo más que un lettering como teníamos ahora. 

Por eso contamos con María Ramos y Noel Petrorius, de NM Type, para desarrollar Xunta Sans; ya que necesitábamos mayúsculas, minúsculas, numerales, símbolos,… para escribir cualquier texto en más de 100 idiomas, como podrá ocurrir a partir de ahora. 

Y es que tratándose de una institución pública también entendíamos que era necesaria una tipografía propia, abierta y accesible a toda la institución, a sus empresas proveedoras y, por supuesto, a toda la ciudadanía gallega. Porque no olvidemos que hasta ahora, que no existía esa tipografía propia, cada vez que se hacía una campaña o una página web, por poner dos ejemplos, se necesitaba licenciar la tipografía en uso, con el coste recurrente que esto suponía, perdiendo además la capacidad de generar reconocimiento de marca a través de ella ya que no siempre era la misma, y esto, como decíamos al principio era el objetivo principal del proyecto: ayudar a reconocer dónde esta la Xunta de Galicia. 

Fue un trabajo muy extenso, ¿trabajasteis también en el diseño nuevo de la web? 

Sobre la extensión del trabajo, sí, al final es un proceso largo y complejo de auditoría, diseño y manualización de muchísimas casuísticas que se extendió durante más de dos años y que requirió a un equipo de cinco personas. En cuanto al diseño web, nosotros introdujimos pautas básicas de aplicación en digital, que sí que se están empezando a implementar, pero no hemos hecho un rediseño de las webs como tal. 

 

¿Cuál fue el mayor reto al que os enfrentasteis en el desarrollo del proyecto? 

El mayor reto es el proyecto en sí mismo, porque había que consensuar muchas decisiones con una estructura tan inmensa que estamos muy orgullosos de haber alcanzado esta solución sin grandes polémicas. Lo cierto es que el trabajo de Costa. hace sin duda la nueva imagen de la institución pregnante, clara, y ante todo funcional. 

Aunque no es la primera vez que llevan a cabo un proyecto de rediseño de marca, y es que en el año 2019 contaba con ellos 1906 con el objetivo de actualizar su imagen y volver a conectarse con la idea de “Cervezas para una inmensa minoría”. Y el resultado no pudo ir mejor. Recuerdo perfectamente el momento en el que vi el nuevo aspecto de las Black Coupage, cogí el pack de seis y pregunté “¿quién es responsable de esto?”

Mariana Aravena

Mariana Aravena

Nací en el 97, en el limbo de millennials y centennials, mi superporder por ello es tener un humor que, por momentos, solo yo entiendo. Como todos los niños, pasaba el día con un lápiz y papel en la mano, La única diferencia es que nunca lo solté, y con el hago muchas cosas como dibujar, diseñar o escribir. Trabajo en el mundo del diseño y la ilustración, la gran consecuencia es que siempre juzgo los libros por sus portadas.

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