Nunca es sencillo plantear una vivienda unifamiliar. Es más, en mi opinión, y en la de la mayoría de compañeros de oficio, se plantea como uno de los grandes retos a la hora de situarse frente al tablero.
En una vivienda unifamiliar se sintetizan todas las experiencias del oficio en una sola pieza que generalmente presenta una serie de circunstancias programáticas, económicas, sociales y de lenguaje, que obliga al proyectista a realizar una lectura más o menos acertada, tanto del cliente y sus circunstancias, como del lugar en el que se presenta la edificación.
Es por ello que la sensibilidad en la lectura del entorno inmediato del asentamiento de la construcción se hace fundamental para, una vez determinado el programa interno de organización de los espacios vivideros, la vivienda se asiente sobre el lugar.
Conscientes de ello, Castroferro realizan esta vivienda en una zona destinada a viviendas unifamiliares colocando una pieza más del puzzle urbano que resulta el enclave, conscientes de que la facialidad y presencia del conjunto debe ser clara, contundente, limpia y sencilla.
De tal manera la Casa Tomada se erige, mediante un volumen mutilado parcialmente y unos huecos abocinados que adelantan lo que nos vamos a encontrar, como una pieza contemporánea en un entorno de difícil encaje debido al exceso de lenguaje formal que rodea a las construcciones circundantes.
María y Jordi nos explican de tal manera la vivienda:
”“El proyecto se sitúa en una parcela destinada a viviendas pareadas, con un tamaño reducido y una fuerte pendiente perpendicular a la calle de acceso. Aún siendo conscientes del escaso margen de movimiento que nos daban las condiciones de partida, el proyecto busca generar un pequeño espacio íntimo para la casa, un pequeño patio entorno al cual se desarrollará la casa.
Asi, la planta sótano se toma resolución del aparcamiento y las zonas de instalaciones y servicio de la casa como una base de hormigón visto que resuelve el problema de la fuerte pendiente. La planta baja se desarrolla alrededor del pequeño patio que acoge la entrada. Una concavidad que genera un espacio exterior muy ínitmo hacia el que se abren las zonas de día de la casa. Cocina y zona de estar se ubican y conectan alrededor de este patio dejando en la esquina medianera la zona de escalera y aseo de planta.
La planta superior alberga la zona de noche. El dormitorio principal con su terraza generada mediante la sustracción una parte de U y que también permite que la habitación polivalente de la planta pueda disfrutar de las vistas largas que tiene el frente de la parcela.
Esta habitación polivalente se entiende como una extension del dormitorio infantil que se adosa a la zona de la medianera. Un programa sencillo resuelto por plantas de una manera muy compacta, con una zona de comunicación y servicios siempre adosado a medianería liberando de carga de instalaciones y obligaciones estructurales al resto de la superficie de la casa, lo que permitirá el poder darle un margen de flexibilidad para los inevitables cambios que acontecerán. La materialización, se realiza con una estructura de termoarcilla con un recubrimiento de SATE terminado en blanco que busca separarse de la planta sótano que es la única resuelta con el homigón armado que buscamos dejar visto siempre.
El patio de entrada forra su pared de planta baja en pino termotratado como gesto de recepción de la casa al que entra”.
Confiar en ellos siempre es un acierto y, cada vez que nos encontramos con una vivienda realizada por ellos resulta una sorpresa y un regalo. Esperemos que sigan trabajando, y nosotros disfrutando de lo que hacen.
Casa Tomada, 2020
Castroferro Arquitectos: Jordi Castro y María Glez. Ferro
Colaboradores: Joana Covelo Alonso, Alba Teiga Guzmán, Laura Vázquez Seoane y Jacobo Pérez Castiñeiras
Arquitecto Técnico: Elisa Pérez Vázquez
Constructora: Castro Figueiro S.L.