Natalia Pía es humorista e ilustradora a partes iguales, pues no entiende su amor por los pinceles y los rotus sin darle a su obra ese toque ácido y satírico con el que tiene nos tiene engachados a través de su cuenta de Instagram Pía Piadosa. Con sus ilustraciones no quiere cambiar el mundo, sino retratar los problemillas del día a día a los que todos nos enfrentamos desde una actitud muy millenial “me bajo de la vida”. Después de pasar por la Facultad de Bellas Artes de Barcelona y trabajar en Panamá como publicista y directora de arte en cine, Natalia está de vuelta en Galicia para dedicarse en cuerpo y alma a su trabajo como viñetista.
En 15+1, el aniversario de Dot y Chachachá podremos ver una muestra de sus trabajos en formato exposición y adquirir sus ilustraciones. El evento tendrá lugar el 6 de junio en la Fundación Sales de Vigo, un espacio ajardinado en el que podremos disfrutar de música, comida, mercado de arte y artesanía y las exposiciones de Billy King, Roberto Argüelles y la propia Natalia.
¿Cuándo empezaste a pintar?
Todos pintamos de pequeños. Mi proceso fue no dejar de pintar, prácticamente un antiproceso, y por eso no puedo decir un momento concreto. Mis padres no son artistas, pero sí tienen muchos cuadros en casa. El arte siempre me atrajo y, sinceramente, no recuerdo haber querido nunca hacer otra cosa con mi vida que no fuese pintar.
¿Los cuadros de casa de tus padres inspiraron tu estilo?
Todos los estímulos cuentan. Aunque de pequeña no me daba cuenta, ahora sí veo que los cuadros del lucense Quique Bordel que había en mi casa me han influenciado.
¿Cómo definirías tu estilo?
No tengo ni idea. Me gusta hacer ilustraciones en clave de humor en las que el texto tiene mucho peso. Me gusta ser directa, pero de una forma genérica, sin meterme en demasiadas complicaciones. Me gusta retratar el agotamiento existencial de las tareas cotidianas. Y eso que me considero una persona bastante positiva.
Tu obra tiene un tono que recuerda a otros artistas gallegos, como MAZ o Leandro Barea. ¿Los conoces?
No personalmente. Yo he vuelto a Galicia hace dos años, de los que uno prácticamente no ha existido, y ahora estoy reencontrándome con la escena gallega. Está siendo un viaje muy guai e inesperado descubrir a tanta gente haciendo tantas cosas interesantes.
¿Qué técnicas y materiales utilizas?
En general hago procesos analógicos. Lo que más hago es dibujar en papel con brushpen (pinceles de tinta) para las líneas y rotuladores, aunque últimamente estoy forzándome a salir de A4 y crear piezas de mayor formato experimentando con pintura acrílica, sin abandonar mi estilo ilustrativo. Después las escaneo y retoco, no para corregirlas, sino para que se parezcan lo máximo posible a lo que hay en el papel.
¿Qué vamos a ver de tu obra en 15+1?
Voy a llevar un variadillo: un par de lienzos grandes y bastantes ilustraciones y viñetas, que son la marca de la casa.
Después de varios años trabajando en Panamá vuelves a Galicia con la idea de vivir de tu trabajo artístico, ¿a qué retos te enfrentas?
Llevo dos años intentando vivir exclusivamente de lo mío y, aunque creo que es posible vivir del arte, es un camino tortuoso . Lo más complicado para mí es administrar el tiempo y el esfuerzo que dedico a cada cosa, pues, al fin y al cabo, yo me lo hago todo: las cuentas, la gestión de clientes, las redes sociales… No sirve ser bueno en lo que haces si no sabes venderlo.