Septiembre es el mes para echarse al último sol del verano y bañarse en el mar y si bien es cierto que puede parecer un mes triste para muchos porque el verano toca a su fin y el tiempo va empeorando no hay motivo para venirse abajo siempre nos quedará el meme tan mainstream del último año: “se vienen cositas”.

Muchos llevamos todo el año esperando a irnos a Santiago de Compostela donde se celebra WOS Festival uno de los encuentros más importantes para la música y arte de vanguardia en todas sus vertientes y que en los últimos años viene situando a Galicia como referente dentro del panorama cultural nacional e internacional, siendo el escenario de premiers para muchos artistas.

Tras el segundo verano donde la pandemia siguió obligando a las salas de conciertos, teatros y festivales a tomar diferentes caminos como; cancelar la programación, reinventarse o sobrevivir a través de la tercera vía viva, una de las hijas de esta hecatombe cultural, la retransmisión en streaming. La promotora (Work On Sunday) de ahí lo de WOS se lanzó con su octava edición apodada bajo la etiqueta Lite Edition revelando estar más viva que nunca dejando admirado tanto al público como a creadores.

Este año pudimos disfrutar de cinco localizaciones diferentes por toda la ciudad que llena a su vez de espectadores espontáneos y peregrinos se cruzaban con el festival tras el curso de su camino a obtener la compostelana. Un pequeño gran oasis para muchos en los tiempos que transcurren y a pesar del formato reducido el público estuvo de lo más entregado que sin perder su esencia y ánimo hicieron que viviéramos un fin de semana de hedonismo en estado puro, el tiempo también acompañó y las tentadoras terrazas lucían para poder beber un trago, picar algo entre concierto y concierto mientras cambiabas de stage recorriendo el casco viejo de la ciudad.

Viernes 10,

El primer día del festival dio comienzo con las WOS Talks en la Ciudad de la Cultura, un espacio de diálogo donde debate y pensamiento crítico convergen sobre el futuro incierto que se acerca y el arte impulsado por la tecnología del presente para entender el nuevo mundo. Estas charlas estuvieron moderadas por Frankie Pizá y Cora Nova y en el que participaron destacados ponentes de la industria musical y cultural entre ellos BFlecha, Arnau Sabaté, Gad Yola, Nano 4814, Alex Trías, Micaela Ruiz Gema FB Martin y Xeito Fole

WOS Talks

Otro de los espacios que ha repetido como novedad del año pasado es Túnel de la Ciudad de la Cultura, a la entrada del túnel una terraza al aire libre ambientaba con el dj set de Fatfish que abría paso al primer concierto; Driftmachine un dúo alemán de sintetizadores que nos transportó a la nostalgia underground berlinesa y su tierna elegancia del negro hicieron que tumbados en pufs disfrutásemos de unas melodías construidas sistemáticamente en torno a patrones circulares fue una buena dosis de música cósmica y código alienígena, mucha trayectoria se veía a sus espaldas.

Driftmachine

La siguiente parada fue en el Teatro Principal donde Lubomyr Melnyk un pianista ucraniano de 82 años subió todavía más el nivel, es un máximo exponente de la conocida “música continúa” una técnica de piano que se toca muy rápido y sin levantar el pie del pedal y las manos del teclado creó un eco y reverberación que nos dejó hechizados, todo un descubrimiento sonoro.

Lubomyr Melnyk

Para cerrar la primera noche fue el turno de KMRU el productor keniata afincado en Berlín y referente del ambient a nivel mundial, actúo en la Iglesia de la Universidad que con una capacidad de crear ritmos orgánicos y esquemas libres llevó a la total abstracción de los espectadores, al salir aprovechamos para comentar el viaje vivido pues logró evocar todo tipo de sensaciones, aventuras en el ultramundo, música de laboratorio, un planeo directamente a nuestros oídos repleto de ambient con electrónica Post-Rave, provocando una meditación grupal extrema y purista.

Sábado 11,

El día del sábado voló de descubrimiento en descubrimiento. Nuestra felicidad festivalera se levantaba con un menú muy prometedor, 20 asistentes fueron los que pudieron ir al espacio WOS Goes Green que también se repitió el domingo, una actividad por invitación que en menos de 15 minutos se convirtió en un vietnam de sold outs, consistió en un paseo bioacústico por el río Sarela conducido a través de Cristina Fuentes, bióloga especializada en educación ambiental y Carlos Suárez etnomusicólogo y compositor de paisajes sonoros, tuvo una duración alrededor de dos horas donde se analizó el concepto de cohabitación y se reflexionó sobre la ecología urbana. Esta propuesta reafirma el valor del festival y su compromiso de sostenibilidad con el entorno natural y social.

A primera hora de la tarde la programación siguió la línea del audiovisual con la proyección de la película Sisters With Transistors en la sala de cine Numax, la temática imprescindible en estos tiempos de ahora: Mujeres pioneras en la música electrónica, al finalizar hubo un coloquio con la directora muy interesante para entender como a través de mujeres visionarias a lo largo de la historia revolucionaron los límites de la música electrónica, nuevos dispositivos , técnicas y estilos a pesar de la invisibilización que ha sufrido en la industria, el domingo se proyectó otra película The Miths and the Legendary Tapes, presentada por primera vez en España.

Lisa Rovner (directora de Sisters with Transistors)

Tras un breve descanso en el parque de Bonaval se celebraron los Dj sets gratuitos de la mágica BFlecha, una bomba pistera como Toccororo, Fatfish y Arnau Sabaté que amenizaron buena parte de la tarde para añadir algo de garra y ritmo.

Parque de Bonaval

Cuando llegó el momento de volver al Teatro Principal allí estaba esperando el francés Jonathan Fitoussi para hipnotizarnos con sus sintetizadores cargados de texturas melódicas, colores y emociones convirtiendo cada actuación en única e irrepetible, un séquito de nuevos fans le siguen después de cada concierto.

Otra de las actuaciones que se pudo disfrutar muchísimo en la Iglesia fue con Grand River de origen ítalo-holandés, presentó un directo lleno de ambient orgánico influenciado por música clásica minimalista llevando un nivel de escucha y exploración del sonido con un punto de vista casi teatral, ella tranquila, hipnótica y majestuosa, ojalá podamos verla más veces por la tierriña pues parace que le ha gustado mucho.

Y por fin llegó uno de los platos fuertes de la noche del sábado con Eartheater, estadounidense de la escena underground Neoyorkina, nos voló la cabeza literalmente, acompañada de una arpista mezclando su poderosa voz inaguró en directo por primera vez sus últimos discos dando el giro de guión perfecto al festival, una de las propuestas más arriesgadas e innovadoras de este año.

Eartheater

Domingo 12,

Dos conciertos cerraron el festival; Elori Saxl la estadounidense debutando por primera vez en Europa, que llegó con su maravilloso jazz neoclásico en cámara lenta destapando capa y capa hasta lograr toques de blues, todo un acierto estar acompañada por la chelista Margarida Mariño y la violinista María Pámpano que tras ensayar por primera vez el día anterior hizo todavía más especial su concierto, un directo casi improvisado y que desde ahora la recomiendo en todas las playlists.

Elori Saxl, Margarida Mariño, María Pámpano

El broche final lo dio la violinista kazajo – británica Gayla Bisengalieva, nos recibió con una performance de ella y su banda tejiendo géneros con drone, folk, ambient clásico, y después de tocar en venues como The Barbican, The Royal Festival Hall, The National and The Paris Philharmonie, de hacer colaboraciones con Radiohead, Frank Ocean’s y también en la Fashion House de Alexander McQueen nos regaló un concierto arrollador, lleno de carisma como un bálsamo reparador para terminar el fin de semana

Gayla Bisengalieva

Así que, como todo en esta vida siempre es mejor vivirlo a que te lo cuenten, WOS festival es una experiencia para vivirla, cada edición sigue con el mismo cuidado de detalle por parte de la organización y staff, en definitiva, hay que seguir apostando para dar vida a estos proyectos diferentes, de calidad, para todos los públicos y que suben el nivel cultural de cualquier espectador.

CRÓNICA: Elvira SF

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