Me va a llamar el alcalde de Nueva York y me va a decir que me tiene sana envidia,

porque las luces de Vigo son las mejores del planeta

Abel Caballero

-¿Podrías decirme, por favor, qué camino debo seguir para salir de aquí?

-Esto depende en gran medida del sitio al que quieras llegar.

-No me importa mucho el sitio.

-Entonces, tampoco importa mucho el camino.

Lewis Carroll

Alicia en el País de las Maravillas (1865)

El capitalismo acepta la crítica con la condición de hacerla ineficaz.

  1. Didi-Huberman

 La obra de arte es un juego. Cada cual se crea sus propias reglas de juego. Pero esas reglas deben poder aparecérseles a quienes también quieren ponerse a jugar.

Le Corbusier, 1965

El árbol de Navidad de la Puerta de Sol es más alto que el de Rockefeller Center de Nueva York, aunque Nueva York tenga ocho millones y medio de habitantes y Vigo apenas 300.000. Este año alcanza los 31 metros, casi la misma medida del ego desproporcionado de un alcalde fuera de control. La empresa cordobesa Xímenez ha firmado con el Concello de Vigo un contrato para producir la iluminación navideña de la ciudad durante cinco años por la que cobrará 3,7 millones, con IVA 4.500.000 de euros, una media de 900.000 anuales. El año pasado Santiago de Compostela invirtió en iluminación navideña 170.000 euros, Pontevedra 82.000 y Ourense 88.000. El alcalde justifica este gasto en el retorno que recibe el pequeño comercio y la hostelería, pero en la era de la compra online no hay datos fiables que avalen una relación directa entre nueve millones de leds y el ascenso meteórico de la venta al por menor.

Estoy hablando de cultura, estúpido

Vigo está sufriendo una situación de total excepcionalidad respecto al cumplimiento de las obligaciones administrativas derivadas de los principios legales de igualdad, transparencia, libertad y participación en las decisiones de los poderes públicos. La situación, desplazada a un segundo plano por la prensa local dependiente de jugosas subvenciones públicas, es lo suficientemente grave para cuestionarnos desde la imparcialidad (en serio) la conveniencia o no de este gasto, y si es el mejor momento para disneyficar la ciudad armándola a base de políticas-ficción.

Estamos hablando de cultura. En Artes Escénicas el presupuesto municipal pasa en 2011 de 110.000 euros a 57.000, se privatiza la programación del Auditorio Municipal Mar de Vigo construido con dinero público, muere la Semana de Teatro Aficionado, muere el Festiclown (2012), el festival de artes escénicas ALT pasa de tener 60000 (2011) a 10000 euros en 2016 para finalmente desaparecer. Muere el festival de música VigoTransforma (2012) e Imaxinasons pasa a ser el modesto festival de Jazz de Vigo fagocitado por la ambición municipal. En Artes Visuales el panorama es igualmente desolador: El Archivo Pacheco —la memoria visual de la historia de nuestra ciudad— cerrado, el Centro Fotográfico de Vigo (CAFVI), un proyecto dedicado a la fotografía que se abrió en mayo de 2015 para cerrar en agosto de ese mismo año, está actualmente abandonado, Secuencia 0, festival de cortometrajes muere, la Red Museística, la gran apuesta cultural de la era caballero no existe como órgano articulado (el Verbum sólo abre 14 horas semanales), el Museo MARCO de Vigo, institución insignia de la ciudad, que estaba en el puesto 86 entre las 100 mejores instituciones culturales del mundo según la prestigiosa empresa ArtFacts queda anulado con un sospechoso giro de los acontecimientos en el cambio de los estatutos —que llevan más de una década en vigor— y con una convocatoria para la dirección del centro condicionada por la priorización de la exhibición de la colección pictórica de la ciudad, que por otra parte se replica ad infinitum en los diversos centros que ya existen con ese fin como la Pinacoteca, el Museo Quiñones de León y que a partir de ahora el MARCO exhibirá también. Respecto a las bibliotecas municipales la situación es igualmente grave. La Red de Bibliotecas de Barrio se convirtió en un proyecto fracasado que solo inauguró un único centro en 2011 en el Calvario. Además, las bibliotecas que resisten son desoídas por el Concello, despreciando el enorme potencial cultural y social de estos centros, como catalizador de la energía de cada barrio, archivo cultural, oferta de ocio gratuito y de calidad y espacio socializador intergeneracional.

Estos siete años de gobierno caballerista han dejado una cultura local bulímica, entre la inapetencia y el vómito compulsivo, orientado a la mercantilización de la ciudad, efímera, cortoplacista y electoralista (no olvidemos que las elecciones municipales son en seis meses). Socialmente la situación es igualmente detestable. Más de 18500 familias viguesas sufren pobreza energética. La compañía Fenosa, ahora Naturgy, tiene 18.458 contratos de bono social, un 4,6% menos que el año pasado a pesar de la campaña del gobierno central, que en realidad ha dificultado los trámites burocráticos de renovación denegando una parte de los solicitados, además de la huelga que hemos tenido de funcionarios judiciales que ha congelado las peticiones de fe de vida para la obtención de dicho descuento.

Vigo se convierte ahora en la ciudad gallega con mayor tasa de población en riesgo de pobreza a partir de datos del Instituto Nacional de Estadística (2017) concretamente un 21% de la población. A oscuras ven como sus impuestos se esfuman en alimentar un circo mediático, que en realidad es una escenografía, una apropiación iconográfica anacrónica: muñecos de nieve, papanoeles, bastones de caramelo rojos y blancos y calcetines en las chimeneas que nada tienen nada que ver con la tradición de austeridad europea que hoy ya asume como propios, en este mundo globalizado, tradiciones importadas por el capitalismo más voraz.

Además de la pobreza energética debemos hablar también de contaminación lumínica, no sólo como un despilfarro de los recursos energéticos contribuyendo y acelerando el cambio climático, la lluvia ácida y la generación de residuos. Se agrede y estresa a la fauna y flora nocturna, incluso microbiológica, y se influye en las migraciones de muchos de ellos. Respecto al ser humano maltrata nuestros ojos, ya que demasiada luz provoca fatiga visual haciendo disminuir nuestros reflejos. Así que mientras el resto del mundo se plantea un consumo lumínico sostenible nosotros no sólo no lo planteamos sino que durante un mes y medio al año multiplicamos exponencialmente nuestra tasa lumínica. No quiero olvidar tampoco la desafortunada instalación de las estructuras, taladrando las fachadas de los edificios privados sin permiso y causando en muchas de ellas focos potenciales de entradas de humedad, grietas etc. por lo que también hay un perjuicio a la propiedad privada y al patrimonio arquitectónico de la ciudad.

Si te dicen que #CAÍN

El sector cultural articulado a través de asociaciones ciudadanas ha dicho basta. El mes de noviembre de 2018 será recordado como el primer levantamiento ciudadano, no únicamente sectorial, contra el inmovilismo y la instrumentalización de la cultura, sus presupuestos y recursos. El pasado #16N ocurrió un encuentro histórico en el Instituto Politécnico de Vigo en un evento presentado por el mediático “Gonzo” en el que diversas asociaciones #AteneoAtlántico, #AsociaciondeamigosdoMARCO #AColectiva #InstitutoGalegoPraxeActual sentaron las bases de una lucha por reconquistar la maquinaria pública y la dignidad de nuestro patrimonio e instituciones. Todo ello amparado por el paraguas de una meta-asociación llamada CAIN que en realidad es voz para todas las asociaciones viguesas que demanden un cambio del rumbo cultural.

El colectivo CAÍN (Colectivo de admiradores da iluminación de nadal) surge como grupo de trabajo abierto, heterogéneo e intergeneracional con la intención de estimular el diálogo con el Concello, con el resto de fuerzas políticas y la ciudadanía, divulgando la gestión real de nuestros recursos públicos. CAIN ha supuesto la articulación organizada de un malestar común y apoyan varios actos y campañas diversas como la que se ha celebrado el viernes organizada por el colectivo +SOCIAL (Asamblea por un Vigo más social) quienes han dado una rueda prensa denunciando el derroche de este encendido con el hashtag #alumeandoamiseria o el #ProyectoCUBO, una nueva iniciativa cultural en Doctor Cadaval 17, un espacio abierto dirigido por Alfons Freire y que inaugura hoy viernes 23 su primer proyecto expositivo A Imaxe na Parede con piezas de Iria Vázquez, Pilar Alonso y Yolanda Carbajales que aspira a convertirse en uno de los ejes contraculturales de la ciudad.

Sin duda este es un paso crucial, el que ha dado CAÍN y el que debemos dar con él, implicándonos en la toma de decisiones públicas en la medida de nuestras posibilidades. CAÍN, como ellos mismos dicen, somos todos y no es nadie, pero destaca por ser una nueva herramienta que debemos aprender a utilizar para la construcción de ese modelo de ciudad sostenible, cuidada y cultivada, que ahora no podemos ver.

Nulla aesthetica sine ethica.

 

 

 

 

 

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María Marco

María Marco

Crítica, investigadora y comisaria independiente de arte contemporáneo. Doctora sobresaliente cum laude en Bellas Artes con una tesis sobre el retorno a la textualidad en la práctica artística contemporánea. En junio de 2012 funda la revista www.pletora.es, un proyecto editorial en internet especializado en arte contemporáneo. Colabora desde 2014 en El Cultural del periódico El Mundo cubriendo el área de arte contemporáneo en Galicia además de escribir para diferentes plataformas editoriales.

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